La NVIDIA GeForce RTX 5090 ha irrumpido en el mercado como la tarjeta gráfica más potente hasta la fecha, pero su precio de casi $4000 USD ha generado un intenso debate entre los entusiastas de la tecnología. Mientras algunos celebran sus capacidades avanzadas, otros cuestionan si las mejoras justifican la considerable inversión. 

Presentada en el CES 2025, la RTX 5090 se basa en la arquitectura Blackwell y cuenta con 32 GB de memoria GDDR7. Estas especificaciones la posicionan como una herramienta formidable para gamers y profesionales que buscan el máximo rendimiento en tareas gráficas intensivas. Sin embargo, su elevado costo ha llevado a muchos a preguntarse si realmente ofrece una relación calidad-precio adecuada. 

Rendimiento de la RTX 5090

Las pruebas de rendimiento han demostrado que la RTX 5090 maneja con facilidad juegos exigentes como “Cyberpunk 2077” y “Alan Wake 2” en configuraciones ultra y resoluciones 4K. Sin embargo, para aprovechar plenamente sus capacidades, se requiere un monitor 4K con altas tasas de refresco, lo que implica gastos adicionales. Además, tecnologías como DLSS 4 y Multi Frame Generation, que mejoran el rendimiento, también están disponibles en modelos de la serie 40 de NVIDIA, más asequibles. 

Un aspecto preocupante es el consumo energético de la RTX 5090. En pruebas, ha registrado casi 600 W bajo carga máxima, lo que no solo incrementa la factura eléctrica, sino que también exige sistemas de refrigeración eficientes y fuentes de alimentación robustas. Esta demanda energética podría ser un factor disuasorio para muchos usuarios.  

La comunidad gamer ha reaccionado de diversas maneras. Mientras algunos consideran que la RTX 5090 es una inversión para el futuro de los videojuegos, otros la ven como un lujo innecesario. Esta división de opiniones refleja la complejidad de equilibrar rendimiento y costo en el mercado actual de tarjetas gráficas.  

En resumen, la NVIDIA RTX 5090 representa la cúspide de la tecnología gráfica actual, pero su elevado precio y consumo energético plantean interrogantes sobre su conveniencia para el usuario promedio. Antes de tomar una decisión, es esencial evaluar las necesidades individuales y considerar si las mejoras justifican la inversión